El 28 de abril 2021 es el "Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido", día que se desarrolla anualmente haciéndolo coincidir con el último miércoles del mes de abril desde hace más de 20 años a nivel mundial. Su propósito es promover el cuidado del ambiente acústico en los diferentes ámbitos que nos rodean.
El ruido se define como un «sonido no deseado» y el mismo es percibido como una de las molestias más importantes, ya que como todos sabemos influye negativamente en aspectos de la salud. Podríamos destacar varios ámbitos donde la acústica es de gran importancia, en este caso me gustaría resaltar varios aspectos sobre el concepto de acondicionamiento acústico y sobre el confort que este nos proporciona en los espacios que habitamos.
Ya sea en casa, en el trabajo, en la escuela o en un restaurante disfrutando del ocio con los amigos, todos hemos experimentado lo incómodo que resulta que la acústica del espacio no sea buena, de hecho, encuestas apuntan que 70 % de los españoles no repiten en un restaurante ruidoso. El objetivo del confort acústico en los espacios que habitamos no es otro que conseguir un nivel de ruido y tipo de sonido que favorezca el rendimiento, inteligibilidad y el bienestar de las personas, reduciendo las distracciones y molestias debidas a fuentes de ruido cercanas. Eso lo conseguimos controlando la absorción y difusión acústica y el nivel de presión acústica en el interior del recinto a estudio. Con esos parámetros claros diseñamos el revestimiento de paredes, techos e incluso suelos, según el objetivo que queremos conseguir.
Para mí como usuario y profesional especialista en este campo, la buena acústica de un espacio es imprescindible. El confort que se siente al estar en una estancia con buen acondicionamiento acústico es la esencia de un equilibrio perfecto entre el sonido que se escucha, el espacio que se ve e incluso de las sensaciones que sentimos. Es esta combinación de sonido, acabados y colores la que crea espléndidos espacios.
Los Graduados e ingenieros técnicos en telecomunicación, somos unos de los profesionales por excelencia de este campo, somos los especialistas en generar espacios con una acústica inolvidable, adaptada a las necesidades, en armonía con su funcionalidad e incluso también en equilibrio con la estética visual.
Cada vez el usuario esta más concienciado de este concepto y considero que desde el diseño, la arquitectura y la ingeniería, debemos tenerlo en cuenta, a pesar de que la normativa existente en este aspecto sea más bien laxa.
En un foro debate sobre sostenibilidad acústica al que asistí hace algunos años me encanto este símil que realizo un ponente sobre el diseño de espacios: “El arquitecto crea, embellece y aporta la funcionalidad, el ingeniero acústico otorga al edificio sus cuerdas vocales y, el toque final se lo da el artista que es el que le hace hablar…”
Todos sufrimos las consecuencias del ruido, pero considero que los más pequeños son los más vulnerables a sus efectos ya que su organismo y estructura psicológica está en pleno desarrollo, por lo que se debería tener más en cuenta proteger a los más pequeños de este exceso de ruido, por ejemplo en espacios como comedores escolares, donde se llegan a superar perfectamente niveles de 85 dB, lo que equivaldría al ruido de tráfico intenso de una gran avenida a la hora de mayor confluencia. La solución en este aspecto a parte de la absorción acústica del espacio es la educación ambiental.
La contaminación acústica en todos los ámbitos debe ser una prioridad; tenemos que educar a nuestra sociedad en la acústica porque forma parte integral de un mundo sostenible. Como cita el arquitecto finlandés Juhani Pallasmaa, en su libro "Los ojos de la piel, la arquitectura y los sentidos": "Los espacios no reaccionan a las miradas, pero sí nos devuelven los sonidos al oído".
Susana Bañuelos Llamas
Ingeniera Técnica en Telecomunicación. Especialista en Acústica Colegiada 10.729
Decana de la Demarcación Valenciana del COITT