Mucho se oye hablar hoy día de la tecnología Blockchain, muy asociada a las criptomonedas como el Bitcoin, ya que fue su primer uso con gran éxito que además ha sentado un precedente y marcado el rumbo de lo que será el dinero del futuro, o lo que podría llamarse “El Internet del Valor”.
Blockchain es una tecnología, pero también una filosofía, una manera de ver el mundo totalmente nueva, esto viene dado por sus características intrínsecas, transparencia, inmutabilidad, descentralización, y por lo tanto la capacidad de certificar procesos por sí misma eliminando a los intermediarios de la ecuación, sin duda tales ventajas pueden ayudar a crear servicios y procesos sin opción a manipulación o errores, y generar una red de confianza entre los participantes como nunca antes se ha podido llevar a cabo.
Tal es el poder de cambio de Blockchain, que en unos años, igual que ocurrió con Internet, no habrá nadie, ninguna empresa o entidad que no opere sobre una base Blockchain, y todo aquel que no lo haga irremediablemente quedará fuera del mercado, ya que ninguno de nosotros querría una relación laboral con aquel que no acepta los principios inherentes a la tecnología, que implican confianza con la raíz en la transparencia, inmutabilidad y seguridad.
Me gustaría poner un ejemplo para el lector, Blockchain en la administración pública, ¿qué supondría esto?
Imaginen, un sistema público y descentralizado, sin posibilidad de control por entidades externas, o lobbies, u otros poderes existentes, al servicio del ciudadano y con una agilidad sin precedentes, puede parecer ciencia ficción, pero la era Blockchain se acerca y tendrá impacto en todos los sectores sin excepción.
Otra pregunta, ¿creería usted en la información que le llega verificada por procesamiento y cálculos matemáticos (Criptografía) igual que cree en cualquier entidad financiera o de otro tipo y en sus auditorias?
Los Smart Contracts, aplicaciones que se ejecutan exactamente como han sido programadas, sin ninguna posibilidad de censura, fraude o interferencia de terceros, incluyen una secuencia lineal de acciones donde cada una de ellas habilita a la siguiente, por lo que no hace falta fedatario público, puesto que se auto-certifica constantemente, con ellos se aporta la transparencia que demanda la ciudadanía de cara a generar confianza y a la vez, proteger de una manera inmutable la confidencialidad de los contratos públicos.
Una administración descargada de los pasos mecánicos e improductivos, lo que se suele llamar el movimiento de papeles y burocracia elemental, tendría tiempo de dedicarse a tareas más importantes y mejorar las vidas de las personas en un tiempo cada vez menor. Burocracia mínima y veracidad de los datos, ¿empieza usted a pensar en una utopía posible?
Sin duda es lo más cercano que nunca se ha estado de una utopía, la ciberseguridad que ofrece es actualmente la más alta, bases de datos descentralizadas, la información digital se certifica por varios participantes distintos que la registran, actualizan y validan mediante consenso mayoritario evitando que haya una autoridad certificadora, sin intermediarios, siendo uno el amo de sus datos.
Es verdad que el uso de Blockchain necesita de una infraestructura totalmente digitalizada para que sea totalmente efectivo, y quedan varios años para que esta tecnología forme parte de nuestra vida diaria y el gobierno obligue su uso mayoritario en todos los organismos, podrían ser 5 años, esto sería magnífico, pero haría falta una voluntad parlamentaria muy fuerte y unión para llevar a término esta gran transformación, por lo que siendo prudente vaticinaría al menos 10 años para adopción total.
Las dificultades principales a la hora de implementar esta tecnología en España comienzan en primer lugar por la falta de personal cualificado, y mínima formación sobre Blockchain en las universidades a día de hoy, una vez solventado este obstáculo, el siguiente vendría en la digitalización total de todas las administraciones, después de este paso habría que surtir a todos los ayuntamientos de unidades de procesamiento potentes que pudieran actuar de nodos públicos, primero para la creación de un Cloud propiedad del estado y no de las grandes corporaciones como Microsoft, Google, etc… para la realización de cálculos subyacentes de la tecnología Blockchain abiertos como fuentes del Big Data Open para todo ciudadano, y certificando toda transacción de información, tras esto se debería realizar un estudio en profundidad de todos los procesos burocráticos o no, de principio a fin que sean de naturaleza repetitiva, un porcentaje muy alto, usando para su realización procesos robotizados trabajando 24h 7 días a la semana, a los cuales se les sumaría la Inteligencia Artificial para obtener valor verdadero de todos estos datos y crear predicciones de demanda, así como optimizar los recursos de los que se disponen en el país, y bajo todo este huracán de unos y ceros, una certificación paso a paso de una trazabilidad extrema obtenida por nuestra gran protagonista la tecnología Blockchain, como último cambio y realmente importante sería la recolocación y formación de los funcionarios que han de manejar estas nuevas tecnologías sin obstaculizar su funcionamiento correcto.
En resumen, pasos fundamentales:
- Formación desde el Bachiller y Universidades con talleres prácticos.
- Digitalización total.
- Infraestructura pública abierta de Cloud y centros de procesamiento por ayuntamiento que proporcionen Open Big Data al ciudadano.
- Robotización de procesos de naturaleza repetitiva e improductiva.
- Inteligencia Artificial para optimización de recursos y predicción de demanda.
- Blockchain para la certificación de todo el entramado digital y contratos, junto a sus procesos con trazabilidad extrema.
- Formación de funcionarios para obtener el mayor partido de las nuevas aplicaciones.
La inversión estimada es muy complicada de calcular, y por supuesto se requerirían de estudios previos de años de duración para paulatinamente acercar nuestra sociedad a la digitalización completa, si se tiene en cuenta que una red Blockchain sencilla de unos 4 participantes, empresas en los casos que conozco puede rondar de los 50K a los 100K €, se podría estimar que los 8131 ayuntamientos de España, con muchos más participantes y muchas más transacciones a realizar, en proporción claro está al tamaño de cada municipio, tendrían un coste del orden de unos 50.000 M de €, siendo el proyecto más cuantioso jamás planteado en este país, y aunque puede parecer muchísimo dinero, el ahorro estimado con estos sistemas podría suponer cerca del 70% de tiempo y costes (según Berta Ares, directora de transformación digital de la Sociedad rectora de la Bolsa), lo cual supondría si el coste actual de la administración está en unos 300.000 M de € al año, que en un solo año se ahorrarían 210.000 M de €, si como lo están viendo, este proyecto el mayor de nuestra historia podría ser la mejor solución a nuestra historia actual de deuda siempre creciente, ya que amortizaríamos esta inversión en, ¡¡ apenas 3 meses !!
Si usted puede amortizar algo en 3 meses, ¿cree que es una buena inversión?, ¿hay algo mejor que se pueda hacer por nuestro país actualmente para ayudar a nuestros ciudadanos y hacerles la vida más fácil?
La complejidad de crear una red estatal como esta es grande, y si hay algo que actualmente nos lo impide, no es la inexistencia del dinero o de la tecnología, sino la falta de personal formado y sobre todo la voluntad de nuestros gobernantes que aún no son conscientes de los gigantescos beneficios de esta tecnología que debería ponerse como prioridad en sus agendas, o al menos comenzar con pruebas piloto en pequeños municipios, con presupuestos participativos e implantación en ciertos departamentos como el de contabilidad, para que poco a poco la red Blockchain abarque el total de nuestra geografía.
No estará conmigo de acuerdo al 100%, y si, es lógico pensar en que la tecnología no es la solución para todo, y ahí también estoy de acuerdo, pero lo es para muchos problemas actuales, y da la casualidad que es perfecta para los que tiene España en este momento.
Querido lector, sólo visualizar en mi mente todo este conglomerado electrónico funcionando en perfecta armonía, relegando a los funcionarios a las tareas realmente humanas y esenciales para nosotros, me hace vibrar de emoción y sentir que un día viviré rodeado de máquinas a las que probablemente agradeceré lo fácil que es la vida, y lo complicada que era antes de conocerlas