Tras la reciente polémica relacionada con el iPhone12 y la emisión de radiofrecuencias por encima de los niveles permitidos, el programa se dedicó a explicar de la mano de ITT, expertos en la materia, dónde, cómo y por qué se establecen estos estándares y si tienen algún efecto sobre la salud.

El programa pudo seguirse en el canal de YouTube de COITT/AEGITT y contó como invitados con José Manuel Martínez, decano COETTGA; Santiago Moroño, director Técnico Strelia Electroténica y vocal de COETTGA, y David Arias, orientador psicopedagógico de La Salle La Laguna en Tenerife.

En primer lugar, Santiago Moroño, autor de un artículo sobre la temática tratada, explicó la normativa europea e internacional en torno a la emisión de radiofrecuencias de dispositivos móviles, qué organismos velan por su cumplimiento, y qué tipo de pruebas de exposición se realizan sobre diferentes partes de nuestro cuerpo expuestas habitualmente en su uso.

Tras esta premisa se detalló qué se detectó, que uno de los 140 modelos analizados, el iPhone12, no cumplía uno de esos niveles en dichas pruebas.  Sometido a máxima potencia o rendimiento, proyectaba sobre el brazo de la persona que lo sostenía 5,7 W/kg de energía radioeléctrica, cuando el máximo permitido es 4,0 W/kg.

A continuación, David Arias, como representante de la ciudadanía preocupada ante este tipo de noticias, manifestó la dificultad de encontrar fuentes fiables para valorar los riesgos. Por ello el siguiente punto a tratar fueron los efectos sobre la salud, que como destacó José Manuel Martínez, "se vienen estudiando en los últimos 30-40 años sin encontrar una relación directa. Además de realizarse más de 70.000 mediciones anuales por parte de los ITT solo relacionadas con la telefonía".  

“No hay evidencias ni intervenciones sobre la salud, pero por un principio de precaución las normas contemplan unos estándares 10 veces más exigentes y obligan a los fabricantes a minimizar la exposición”, destacó Moroño. Los efectos apreciados por los estudios se consideran poco preocupantes.

En concreto de tipo térmico, un aumento de la temperatura de medio grado a un grado sobre la zona expuesta durante una hora. Así como se realizó una distinción entre radiaciones electromagnéticas bajas o no ionizantes, y las altas o ionizantes. Las relativas a las emitidas por los dispositivos móviles pertenecientes al primer grupo no tienen la capacidad suficiente para ionizar moléculas, de forma similar a las ondas de radio, sistemas eléctricos o redes de alta tensión.

“En los últimos 100 años nos exponemos masivamente a ondas de radio, por eso se está estudiando de forma muy intensa, al ser algo muy novedoso y porque nuestra biología nunca ha estado sometidas a tales niveles de radiofrecuencia”, destacó Santiago.

Los ingenieros concluyeron poniendo en valor el trabajo realizado por este colectivo, tanto en el desarrollo de cada dispositivo como en el cumplimiento de los parámetros. Por último, tranquilizaron sobre la vigilancia y control de tipo técnico de las radiofrecuencias, e hicieron hincapié en la importancia de la educación y la labor pedagógica para evitar la excesiva exposición y un buen uso de los dispositivos móviles.

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